Parece que no saben que no lo pueden callar.
Que José es un poetísimo vestido de mujercísima, y que de esa manerísima es y no es como las tipiquísimas a las que gritaba su chuchadas. Parece que no saben lo que se pierdensísimo, cuando Josesísimo se saca el vestidito y el traje de empleadísima doméstica. Que creen que lo callan, que nos hacen un favorcísimo cuando lo sacan de Lastarrita y le quitan su carrísimo y su maquinísima de escribir bitacorincias. Pero la verdadísima es que nos cagandincio la vida. Parece que no saben que lo echamos de menísimos. Parece que no saben que esta cuidadísima está oscurincia y llena de gargolísimas, y que tenemos miedísimo y necesitamos profetísimos, bitácoras y cualquiera de sus artefactísimos o de sus puteadas para sobrevivir en la mierdísima de barrio borracho de turistas y de putísimas. Parece que no sabendincio que nicagandísimo lo pueden callar. Parece que no saben que sin su maquinísima de escribir y sus relojísimos, y sus portaminas es un mudo. Parece que no saben que es un pescadísimo gritando en el espacísimo exterior. Que vestirse de tipiquísima es una performance, para denigrarse y que nadie crea que el se cree mejorcísimo. Parece que no saben que es un principísimo denigrado y lanzadincio de piquero a la vereda. No nos lo van quitar. Vamos a ir a la putísima y falsísima clínica “Normita” a llevarle una maquinísima-de- escribir-bitácoras. A ver si nos suelta un par de frasesísimas entre tanta droga que lo idiotiza. Se pone a escribir y a gritar puteadas. Y estos huevones idiotísimos se dan cuenta que no lo pueden callar.
Parece que no saben.