El otro día comenté que con las caras que ponía Piraña cuando hacía sus discursos, el Dr. Cal Lightman (o su correlato en la realidad, el Dr. Paul Elkman) lo haría pebre. Dado que hace un tiempo hice el curso de entrenamiento que Elkman ofrece para aprender a leer las microexpresiones y otras cosas, tuve la tentación de hacer algunos recortes interesantes del discurso de Piñera en el Caupolicán.

fondo del corazon<— En esta parte del discurso dijo: “quiero decirles, desde el fondo del corazón…”.

Con esa mirada baja de cierta vergüenza e inseguridad no estoy seguro de si es transplantado o por alguna razón no está seguro de tener un corazón. En cualquier caso, si alguien me dice que me va a hablar desde el fondo de su corazón y pone esa cara, no le creo nada.

puñado de delincuentes

Aquí usó la frase “no podemos dejar que un puñado de delincuentes… se sienta dueño de nuestro país”. La foto corresponde a una curiosa pausa que hace justo después de decir “un puñado de delincuentes”. Fíjense en la tensión de la boca hacia abajo, típica de emociones como la preocupación y el temor, las cejas bajas, la mirada lateral.—>

Yo diría que su cara pregunta ¿cuántos pensarán lo mismo de mí?.

1<— En esta última joya, Piñera dice: “a esos millones y millones de Chilenos…”. Me cuesta interpretar si esa cara es porque hablar muy fuerte le produce una resonancia incómoda en la parte más honda del paladar o por lo que piensa del pueblo chileno; pero la cara es indudablemente de asco: los músculos laterales que levantan la boca y el ceño fruncido en torno a una fuerte compresión de la zona nasal. Asco puro y duro.

Ve, no es tan difícil.