Sería en principio mala e indeseada, pero no estoy demasiado seguro de que sea fácil distinguirla.

Con esto quiero decir,

1. es obvio que si un gobierno usara la plata del Estado en hacer campaña por sus candidatos generaría, al menos en teoría, una asimetría inaceptable. El poder del Estado no puede ser usado de ese modo arbitrariamente desproporcionado.

2. es obvio también que una coalición quiere mantenerse en el poder, no solamente porque sea rico el poder, sino porque supone que es lo mejor para el país. En ese sentido toda la política es un poco hacer campaña: si lo haces bien y se nota, te reeligen. Las ideas que conducen al país exigen cierta continuidad para tener toda la profundidad de efectos que sus ideólogos soñaron.

Así que no es tan fácil.
Es decir, cuando el gobierno de MB muestra y dice “estamos con Frei”, en horario de oficina o no (y podría decirse que para la Presidenta TODO horario es de oficina), nadie podría culparla. Lo que está haciendo asegura la continuidad de su obra, de las políticas públicas implementadas por ella.

Cuando terminó la campaña parlamentaria, el alcalde Sabat mandó sacar con prontitud toda la propaganda de Rodrigo Alvarez. Cumplió con su deber, qué duda cabe. Lo que pasa es que no cumplió con su deber cada vez que evitó sacar carteles de su hija Marcela.

Tiendo a pensar que un buen criterio para identificar la verdadera “intervención electoral” tiene que ver con deberes a los que se ha faltado. Si, por apoyar a un candidato, un ministro, presidente o cualquiera falta a las obligaciones que la ciudadanía le ha confiado; entonces es intervencionismo. Su trabajo es capital del Estado y lo está invirtiendo dolosamente.

Por el contrario, me cuesta creer que los casos de apoyo de ministros, con o sin auto fiscal que los acarrea, sea intervención. Al hacerlo, creen custodiar el bien de Chile, la continuidad de los frutos. No hay en ello, al menos a simple vista, dolo alguno.

Así las cosas, me resulta difícil entender la insistencia con la que se denuncia la “intervención”.

O los señores parlamentarios se deciden a legislar acerca de las ocasiones en que se incurre en “intervención electoral”, o se quedan calladitos y toman palco. Es eso lo que deben hacer, puesto que para eso fueron elegidos: la responsabilidad legislativa como manera de custodiar la soberanía que el electorado les ha confiado. No la mera opinología.

Todo ese clima de denuncia airada parece buscar intervenir el resultado de un modo que me siento tentado a decir que raya en el dolo. Curiosamente.

O como dijo muy mal Frei: ¿o usted cree que cuando Bush fue a la reelección se movía en un avión privado para no usar el AirForce-ONE?