Parto diciendo que soy de izquierda (como si cupiera alguna duda) y que por ende la decisión acerca de cómo votar el 17/01 es trivial. Piñera representa una visión del Estado y del país que no comparto: capitalista, énfasis en las libertades individuales fundamentalmente en el área del derecho privado, poca participación del Estado en la vida de los ciudadanos, un gobierno dedicado a la gestión administrativa y cerrado conservadurismo en temas valóricos. Frei se distingue en unas pocas cosas: cree en un Estado subsidiario y protector, en los consensos sociales y en discutir todos los temas, aún los valóricamente más peludos para la gente de su sector. Junto a él, habrán algunos más parecidos a Piñera y otros mucho más de izquierda; pero sumando, su gobierno se situaria significativamente más cerca de lo que creo. Mejor voto por Frei.

Dicho esto, quisiera constatar algunas generalidades sobre el ritmo y los modos de la campaña presidencial del senador Frei:

1. Eduardo Frei Ruiz-Tagle no es un muy mal político y no fue un muy mal presidente. Probablemente fue un presidente apropiado para lo que el país necesitó en ese momento, pero es un MUY MAL CANDIDATO. ¿Por qué?, fundamentalmente porque habla muy mal con las masas y la prensa, tiene una tendencia a sobre-simplificar todos los temas para terminar pronto y es atarantado porque conoce su torpeza con el lenguaje oral. Se las sabe por libro, pero no ha podido decidirse sobré qué campaña sería bueno hacer: el puente para la renovación de la política, el pilar de la Concertación, el continuador de Bachelet, el justiciero solitario e independiente, el líder de una fuerza progresista amplia. Ha tratado de ser todo eso al mismo tiempo, y como es obvio, no ha sido ninguna.

2. La combinación de Océanos Azules y Seba Bowen fue el mejor momento de la campaña. Una señal de capacidad de convocar a una diversidad de profesionales dispuestos a generar el contenido de una campaña para algo nuevo. Hasta que se metieron ciertos dirigentes a arrogarse la responsabilidad de marcar las líneas políticas y programáticas. En ese momento descubrimos que ni los Océanos ni el Seba tenían la fuerza de antebrazo para ganar un gallito así, Frei la tenía y lo que hizo fue decir: “nada de gallitos, yo decido todo”. Los viejos ganaron por walk-over.

3. Comparini comentaba hace unos meses que si Frei era TAN continuador de “la Bachelé”, entonces el slogan deberia ser “vamos a vivir igual”. Frei no es Bachelet, y el gobierno de Bachelet sin Bachelet vale callampa. Hay un modo instalado y único como ella ha ejercido su presidencia: cercana a las personas, alejada de la bulla y del ring, con harto consejo asesor, escuchando las masas, llevando adelante su agenda de protección social de manera piola y solo sacándolo a la luz para celebrar que ya estaba listo. Frei es candidato, el candidato no tiene otra agenda que demostrar que tiene una idea mejor, un equipo mejor y un plan maestro. Y eso se hace a la luz.

4. Los asesores de marketing son funcionales a un proyecto. ¿Quién los dirige? Si Frei no lo hace, Océnos+Bowen no tienen autorización y los dirigentes de los partidos no tienen idea de qué mierda están haciendo, ¿se mandan solos?. Tironi está elevado a la categoría de gurú y la verdad es apenas un consejero de lo obvio; en esta pasada ha contribuido con puras superficialidades que solo a veces han logrado atenuar la gran-cagadita. Halpern y su estilo confrontacional valen absolutamente callampa y siempre ha sido así. Ahora que lo echaron podríamos estar todos de acuerdo en que Michelle Bachelet ganó la elección A PESAR de Pablo Halpern y NO gracias a él. NO lo contrate, no sea gil.

5. ¿Alguien le ha preguntado algo a las bases de los partidos de la Concertación?. Quizás en lo único que le encuentro razón a ME-O es en que la política está “secuestrada por unos dinosaurios que la ejercen en una pieza oscura”. Es en las bases de los partidos donde Frei y Océanos Azules podrían (o habrían podido) encontrar el soporte político necesario para articular un proyecto progresista, de centro izquierda, renovado por encima de las limitadas aspiraciones de los Latorre y los Escalona de mantener las cuotas de poder de sus respectivos partidos.

6. El gesto obvio NO ES el que hizo Frei al decir que gobernaría sin los partidos. El gesto obvio es el de Gómez y Auth, cuando reconocen que los dirigentes están estorbando en la línea entre las bases y el proyecto de ser gobierno. Con su renuncia invitaban a los dinosaurios a renunciar para despejar el camino, pero los dinosaurios no se dieron por aludidos.

El candidato es malo, los profesionales jóvenes talentosos pesan menos que un electrón, los publicistas no saben de contenido, los dirigentes no se acuerdan qué era lo que las bases les dicen en cada congreso ideológico.

Para mí es obvio: que traigan a los partidos, a las bases, a los dirigentes jóvenes o viejos, pero de barrio, de comuna, de regiones. Undurraga u Orrego a la directiva DC, Marco Nuñez al PS. Directivas sensibles a las bases y punto.

Pero que lo hagan ya.