Resultará de primera necesidad regalarle una copia de la Constitución a cada miembro de la honorable Cámara de Diputados, una para cada Senador de la República y una copia para cada uno de los ministros del Tribunal Constitucional. Además, considérese regalar copias a las señoras esposas y señores esposos de los parlamentarios y ministros antes mencionados, en particular a las esposas o parejas que usaren algún método anticonceptivo probadamente abortivo (como los DIU). Lo propio para los presidentes de los partidos de oposición y para los abogados que han interpuesto demandas al tribunal constitucional o han asesorado acusaciones constitucionales.

Es posible que gracias a esta discreta inversión los señores congresistas de la República de Chile hagan bien en abstenerse de suspender ministros por motivos políticos vinculados a implementar sus acuerdos, indiscretamente publicitados en un libro de redacción pobre titulado “El desalojo”. Puede que además los sres. ministros del Tribunal Constitucional se sirvan administrar justicia y no doctrina.

Hago notar que en el articulo 19, párrafo 7º b, del citado libro se lee:
“Nadie puede ser privado de su libertad personal ni ésta restringida sino en los casos y en la forma determinados por la Constitución y las leyes”

De manera que, cuando los científicos logremos probar en seres humanos que la píldora del día después no es abortiva y podamos además mostrar que hoy 21 de Abril de 2008 había suficiente información como para no dudarlo en lo más mínimo, la restricción a las libertades personales impuesta esta mañana por el TC podrá ser considerada por completo inconstitucional, y los sres. ministros que la firman, y los sres. parlamentarios que la sostienen y los sres. abogados que la demandaron deberán enfrentar la responsabilidad política, la fuerza de la ley y los juicios de jactancia que los ciudadanos libres les interpondremos hasta que nos de hipo.

Archívese y publíquese, a bien del estado nación.