Todo.
Lo destruye todo.
El tiempo lo destruye todo.

Y es como cuando nos arrastraban tomándonos de los pies y tratábamos de agarrarnos al suelo, al pasto, al cemento, de rasguñar el piso para engancharnos en algún sitio donde el tiempo no pase. El kayrós, el estar y ser, el zen, la unidad, la totalidad. Dios.

Todos los días nos mordemos los labios, abrazamos a la mujer, escribimos como si se nos fuera la vida en eso. Y se nos va. Por no poder sostener este instante para siempre, porque el instante se nos cae de las manos y de los ojos. Se cae y se destruye.

No sabemos cómo es lo que viene después.
Sólo sabemos que lo que tenemos no nos soporta, que se nos cae de las manos
y que se hace mierda en el suelo.
Que el tiempo lo destruye todo.

Parce que le temps détruit tout.