No hablo nunca de fútbol, veo pocos partidos y no voy a estadio hace años. Pero mi padre era bueno jugando y un sabio de las estadísticas y su historia. Los genes me hacen un fanático en potencia, un entusiasta de deportes que no sigo porque he decidido otras cosas. El entusiasta aflora cada cierto tiempo y ahora que Chile pasó a la segunda ronda de la Copa del Mundo, comento dos puntos:

1. La sabiduría del profesor Bielsa reside en que es capaz de distinguir los elementos de los que depende ganar un partido de fútbol. No se trata solamente del talento de los jugadores. Hoy, por ejemplo, Chile jugó contra España, cuya suma de individualidades supera a Chile lejos. Sin embargo, Bielsa sabe que si Chile no comete errores graves y obliga a España a jugar por debajo de su nivel (quita, presiona, anticipa) puede competir por el protagonismo y hasta ganarle. Lamentablemente, hoy los errores existieron y España estuvo precisa para aprovechar. La lección de Bielsa es todavía más importante con Brasil, que descansa mucho en el talento: jugar tranquilos, concentrados, profesionales; presionar sin pegar, quitar rápido, anticipar coordinadamente. A Brasil también se le puede competir y ganar. Hay lecciones generales también: los grandes cambios no requieren caudillos y genios, requieren planificación estratégica, soñar el rumbo y hacer la pega bien para llegar ahí.

2. Jugar el juego propio es crucial porque siempre los rivales se las arreglarán para desequilibrar. Para nadie es un secreto que la expulsión de Estrada (min. 37) fue determinante para que España mantuviera la pelota después de los goles. La presión de Chile se ordenó el segundo tiempo y fue el jugador de más lo que permitió a España tocar en la línea de defensa para obligar a Chile a abrir espacios al salir a buscarla, España jugó defensivamente y aguantando a Chile. ¿Y cómo llegamos a esa situación?, porque expulsaron a Marco Estrada gracias al brillante acto teatral de Fernando Torres. En efecto, en la imagen de arriba usted podrá constatar sin lugar a dudas que Marco Estrada NO TOCA a Torres. La lección es que hay que jugar concentrado el juego propio y confiar en que para estos piratas todo caerá por su propio peso. Quién sabe, quizás nos encontremos en la final.

Y ahí, cuidaos de la revancha troncazos.

UPDATE:

1. Estrada toca con la rodilla a la Niña Torres en el paso anterior sin siquiera verlo, lo que hace que se tropiece con su propia pierna y ponga en marcha el acto circense de la caída.

2. Perdimos 3-0 contra Brasil en cuartos. España hizo su parte, llegó a la final.