Anoche en una conversa volvió a surgir el tiempo, con más acuerdo que en ningún otro grupo humano. Hace años que llevo conversando con una pila de gente, discutiendo la idea de que el tiempo no existe y todas las implicancias de esa noción. Aquí la explico por primera vez, tratando de ser lo más claro posible. Espero que la mastiquen y la destruyan o adhieran, o corrijan.
A. Supuestos:
1. Existe la “realidad-en-sí”, al menos como dimensión en que otras cosas existen como dadas.
2. Percibimos una parte de lo que hay en la realidad-en-sí, una sombra proyectada sobre nuestras capacidades sensoriales y cognitivas. Lo que existe en independencia de nosotros o cualquier observador (es decir la “realidad-en-si”) es la fuente desde donde proviene nuestra percepción, el dato primario.
3. Algunas de las cosas que denotamos por reales, son de la “realidad-intersubjetiva” y no de la “realidad-en-sí”; puesto que solamente son válidas como consensos o abstracciones en el lengüaje.
4. Uno podría discutir que haya tal realidad independiente del observador. En ese caso, de todos modos existe la “realidad-en-sí” como una distinción, aunque sea un conjunto vacío.
Estos son supuestos para iniciar la discusión, todavía se pueden discutir ampliamente si es que eso modificase las nociones fundamentales de la siguiente proposición sobre el tiempo.
B. La idea general:
1. El tiempo no existe en la realidad-en-sí. No es algo independiente a lo que se tenga acceso, sino que es algo que surge como una abstracción.
2. Existe una secuencia de eventos o estados correlativos y unidireccionales, puesto que existen fenómenos irreversibles. Sin embargo, la noción de tiempo está sujeta además a la existencia de una duración objetiva de tales fenómenos y tal cosa es imposible de demostrar, puesto que requiere de la referencia a un observador.
3. El tiempo emerge a partir de la experiencia humana del cambio direccionado en acoplamiento al propio cambio, que resulta en una determinada frecuencia de monitoreo del “mundo” subjetivo y una memoria de la secuencia de dichos “mundos” correlativos.
4. Dicho de otro modo, el universo cambia en una dirección, usted también cambia y al hacerlo experimenta/atestigua esa secuencia. Dado que usted recuerda la secuencia, emerge en su experiencia una linearidad, un ritmo, una duración.
C. Debates y argumentos:
1. El mejor argumento a favor de la existencia concreta del tiempo en la “realidad-en-si” es la vieja idea del cambio unidireccional: el universo es continua e irreversiblemente diferente. La versión más sofisticada e incontestable de ese argumento está en la segunda ley de la termodinámica, que describe la irreversibilidad del cambio de entropía. Hay quienes, apoyados en este principio físico, sostienen que el universo se transforma irreversiblemente al ritmo de la entropía.
2. Sin embargo, uno pudiese discutir este viejo argumento con relativa facilidad.
Demos por cierto el principio de la entropía, lo cual nos indica que el universo está en constante cambio irreversible. Luego, el universo se transforma secuencialmente de un estado 1, a un estado 2, luego a uno 3 y así hasta N. Ya hemos dicho que el tiempo no es una cuestión puramente ordinal, sino un concepto asociado a la duración objetiva de un proceso. Llamemos X a la duración de la transición entre el estado 1 y el estado 2, si la hubiere. Instálese pues un observador a atestiguar la transformación, cuestión que será posible dado que el observador igualmente se transforma continua e irreversiblemente en su monitorear la realidad. Llamemos Y al intervalo entre monitoreos (o a la “tasa de refresco” del mecanismo monitor). Obsérvese que si la duración de la transición del estado 1 al estado 2 se duplicara (2x) y lo mismo ocurriera con el intervalo entre monitoreos (2Y), la experiencia temporal del observador sería idéntica. En un caso crítico, cuando X e Y tienden a infinito, tanto la transformación del universo como la maquinaria de monitoreo se han detenido casi totalmente, sin que la experiencia de temporalidad del observador se vea alterada en lo más mínimo. Es decir, la duración objetiva del fenómeno de transformación es enteramente trivial y por completo inasible. Mejor aún, el único cambio que en efecto altera la experiencia de temporalidad es el cambio que ocurre en la relación entre el cambio externo y el observador. Es decir, la duración y la temporalidad serían un fenómeno estrictamente referencial y que solamente emerge ante un observador.
3. La tradición griega habla del tiempo distinguiendo cronos (??????) y kairós (??????). Mientras “cronos” refiere a tiempo secuencial y cuantitativo, el “kairós” refiere a duración subjetiva, a la idea de momento-entre. El tiempo para nosotros es ambas cosas, y surge con fuerza la idea de que los argumentos generalmente usados permitirían sostener que el “cronos” (la secuencialidad) forma parte de la realidad en si, pero que el “kairós” es en la experiencia vivida, el concepto de tiempo en la subjetividad.
D. Alcances de la idea.
1. El primero que se me ocurre rápido es que no es necesario considerar el tiempo como variable en el modelamiento del comportamiento físico de partículas elementales, ni en la astrofísica. Hay quienes de hecho han señalado que eliminar dicha variable permitiría compatibilizar descripciones de la física cuántica y la astrofísica que hasta ahora han permanecido inconexas.
2. La teología debería ser impactada fuertemente por esta noción. Surge una noción diferente de eternidad marcada por el cese del cambio vital y por lo tanto de la continuación ubicua y permanente de la totalidad de la vida. Se llenan de sentido expresiones como “el fin de los tiempos”, se refuerza la idea de que el tiempo de Dios es “kayrós”. El momento supremo y total.
3. Cambian ideas historicistas que sostienen una imagen del hombre lineal, empujado hacia adelante. Se debilitan nociones teleológicas, donde lo importante parece estar en la meta, en la muerte, en el fin, en el más allá. Cobra fuerza el ahora no por su valor hedonista, sino como un espacio que habrá de durar siempre sin extinguirse. Como recientemente ha instalado en su música Drexler: “amar la trama más que el desenlace”.
¿O no?, ¿o estoy equivocado en todo esto?, ¿o hay buenos argumentos que se me pasan y no he visto? Podemos seguirlo discutiendo.
Tenemos tiempo.
5 comments
Roberto says:
May 4, 2010
Creo que los fisicos relativistas no estarian de acuerdo.
OM says:
May 4, 2010
Por?
Felipe Larraín B. says:
May 8, 2010
Está muy interesante. Yo también creo que los relativistas no estarán de acuerdo.
Haber,
1. El tiempo no existe en la realidad-en-sí. No es algo independiente a lo que se tenga acceso, sino que es algo que surge como una abstracción.
Si se tiene acceso a él, al menos para “adelante”. Puedes envejecer más lento o más rápido que otros de tu misma condición dependiendo de la velocidad a la que te muevas. Es decir, la entropía no tiene un ritmo fijo, sino que depende del movimiento del sistema de referencia en el que se encuentre. No sé bien a qué te refieres cuando dices “es una abstracción”, pero podemos, (en teoría), ir a diferentes lugares del tiempo, por lo que no me parece una abstracción.
2. Existe una secuencia de eventos o estados correlativos y unidireccionales, puesto que existen fenómenos irreversibles. Sin embargo, la noción de tiempo está sujeta además a la existencia de una duración objetiva de tales fenómenos y tal cosa es imposible de demostrar, puesto que requiere de la referencia a un observador.
No existe tal secuencia de eventos correlativos y unidireccionales según la física cuántica actual. Todo evento tiene una probabilidad de ocurrencia, no nula; no hay fenómenos irreversibles. Por ejemplo, las partículas, por efecto túnel, (esto no es meramente teórico, hay electrónica basada en el efecto), atraviesan espacios para los que necesitan más energía de la que tienen. Me encanta este ejemplo: “Si realizas el experimento de lanzar una bomba en una casa destruída existe probabilidad no nula que la casa se reconstruya perfectamente”.
Tampoco entiendo bien a qué te refieres con “duración objetiva” de algo. Usualmente los “hechos” se consideran como algo objetivo, pues sucedieron sin importar referencia. Por ejemplo datos estadísticos, pues sin importar si reflejan o no la realidad, son iguales para todos quienes los vean. Eso es medio ambiguo en física. Como no hay sistemas de referencia inerciales, ninguna variable es “objetiva”, (posición, velocidad), sino que se compara con algo (esto sin contar el principio de incertidumbre de Heisenberg en la medición).
Todo requiere de un observador, o dicho de otro modo, de un origen, posición, velocidad y aceleración de un sistema de referencia. Si una variable existe porque es “objetivamente (unívocamente) determinable”, entonces ninguna existe (hay partículas que pueden estar en dos lugares en el mismo instante, nuevamente con probabilidad no nula).
Haciendo a un lado que hay probabilidad no nula de medir cualquier cosa en cualquier experimento, i.e., relajando lo anterior para que las cosas “existan”, con alta probabilidad podemos fijar “objetivamente” posiciones y velocidades relativas. Cuando digo “objetivamente” me refiero a que si se utiliza el mismo sistema de referencia, con misma posición y velocidad exactas, obtendremos con alta probabilidad el mismo resultado.
3. El tiempo emerge a partir de la experiencia humana del cambio direccionado en acoplamiento al propio cambio, que resulta en una determinada frecuencia de monitoreo del “mundo” subjetivo y una memoria de la secuencia de dichos “mundos” correlativos.
4. Dicho de otro modo, el universo cambia en una dirección, usted también cambia y al hacerlo experimenta/atestigua esa secuencia. Dado que usted recuerda la secuencia, emerge en su experiencia una linearidad, un ritmo, una duración.
Si el tiempo emerge en nosotros pero no existe en la realidad-en-sí, entonces dicha realidad-en-sí no se ve afectada por el tiempo. Sin embargo esta sí se ve afectada, i.e., el estado de la realidad-en-sí depende del tiempo: del sistema de referencia y su velocidad.
Si se trata de una única “realidad-en-sí”, que quizás midamos o experimentamos diferente, pero es única y está allí, ¿cuál es, “objetivamente”?. En el fondo ese es el punto: si el tiempo no existe, pero si existe la “realidad-en-sí”, entonces la “realidad-en-sí” es única para todo tiempo o para toda experiencia de tiempo. Pero, dado que depende de los observadores, (el orígen del sistema de referencia, la velocidad, etc), no es única para toda experiencia de tiempo. Por lo tanto, o el tiempo existe, o la realidad-en-sí (única) no.
Eso!
Yo también puedo estar equivocado.
Pero repito, es muy interesante.
Un saludo grande!!
OM says:
May 24, 2010
Había escrito una respuesta hace semanas y se borró. Esta sin duda no será tan inspirada como la primera, pero espero terminar diciendo lo mismo. 🙂
1. Respecto al primer punto, creo que no nos entendemos. Yo planteo la idea de algo a lo que se tiene “acceso cognitivo” y tú respondes por “acceso físico”. Yo me refiero a que hay cosas que existen y que uno conoce porque accede cognitivamente a ello, no me refiero al acceso en términos de “entrar y estar ahí”. Quizás con un ejemplo pueda aclarar a qué me refiero con “acceso cognitivo”: Las manzanas están ahí, tú y yo las hemos visto, hemos tenido acceso a la cosa misma, y por eso acordamos el concepto de manzana, porque hay experiencia de las manzanas. El matrimonio es un concepto humano, creado, se aprende de otros, no se tiene “acceso” a la cosa misma, se tiene experiencia de algo que en algunos contextos es formalizado bajo el concepto de matrimonio. ¿Se entiende?.
2. El segundo punto me agrada. A mi no me convence del todo la idea termodinámica de la direccionalidad, la expongo como la mejor muestra de un proceso direccional. Si a mí me dices que los físicos relativistas están de acuerdo en que no hay tal direccionalidad, ya no tenemos uno, sino DOS buenos argumentos para discutir la exsistencia del tiempo.
Ahora, ojo que asociado a los eventos caóticos como la construcción de una casa a partir de la explosión sobre sus ruinas, hay asociada una probabilidad que hará que la ocurrencia del fenómeno dependa seriamente de su escala. Es decir, una cosa es una partícula moviéndose en contra de una gradiente energética y otra muy distinta construir una casa con una explosión de dinamita. No hagamos de esto un asunto de fe (al menos por ahora).
3. Respecto a lo último, estoy de acuerdo en que este problema, como tantos otros, nos refieren al problema de si existe algo que podamos llamar “la-realidad-en-si”.
Tu argumento, éso sí, tiene un error lógico: si el tiempo no existe, pero sí hay una “realidad-en-si”, dicha realidad es totalizante, pero éso no quiere decir nada sobre la experiencia de tiempo de cada observador, puesto que pudiese ser percibida de variadas (infinitas) maneras. Dado que el transcurrir de los cambios tiene como referencia al observador singular, habrá tantas experiencias de tiempo como observadores posibles, y no habrá dos modos iguales de experimentar la “realidad-en-sí”.
Creo que en suma, tus argumentos ayudan a dar mejores perspectivas y razones por las cuales el tiempo NO existe. 🙂
R. Carbone says:
Sep 22, 2012
Existe el espacio-tiempo, y es curvo