Yo sé no me has visto,

que no hay forma ni hay

pretexto para hacerte entrar en esta perspectiva
triste;
que todo lo que tocas
y lo que ves,

lo tocas y lo ves desde tu patria.
Desde tu oscuridad a la mía no hay un tramo de luz
y quizás eso sea
lo que más nos vincula de manera directa,
y es causa del continuo indivisible que percibo entre tú y yo;
pero también es cierto,
que en la oscuridad no hay más que voces
y experiencias tactiles que me cuesta integrar en imágenes.
Si tú me vieras,
sé que de pronto comprenderías todo
lo que mis ojos rotos han estado buscando

y esperando con el ansia de un agujero negro.
Sé que sabrías que debes tocar mis labios,
mirarlos mientras hablan
y que con eso basta para que yo piense:

“me has visto”,
y corra,
y la vida sea por fin verdad.