Siempre hemos querido tomarnos ciertos sitios. Cuando yo estaba en el colegio, una vez los cuartos medios se lo tomaron de noche: primera experiencia con tomas. Luego no ha habido muchas, estudié en una universidad un poco indolente y pacífica. También un poco fascista, pero hemos hecho lo posible.

Me gusta el concepto de “tomarse”, en el sentido de que es agarrar el sitio, pero también es un poco “bebérselo”. Me emociona el sentido de apropiación, de hacer nuestro un lugar, un momento, una condición. Como en la “casa tomada” que pone Julio en su bestiario.

Creo que va llegando el tiempo en que hay que recuperar la casa, re-tomársela. Lugares que hemos ido haciendo nuestros con los años, así como lugares que nos resultan ajenos: invadirlos, llenarlos de nosotros, transformarlos.

Desde Marzo nos vamos a tomar todos los sábados la nueva Casa en el Aire del barrio Bellavista, en ese símbolo nos vamos a tomar todas las casas, todos los sitios, todas las calles. Vamos a comenzar por invadir con conciertos de música nueva este bar. Con nuevas caras, nuevas voces. El olor de una música que no existía antes, hasta que uno de nosotros la hizo.

Nos veremos allí.